Día internacional de los derechos del consumidor 2023: Empoderando a los consumidores a través de transiciones de energía limpia

Para las organizaciones consumidores y consumidoras del mundo, hoy es un día especial. En un día como hoy de 1983, hace ya 40 años, Consumers International instaura el 15 de marzo como el Día Internacional del Consumidor. Desde entonces celebramos este día bajo diversas temáticas contingentes, siendo el lema de este año “Empoderando a los consumidores a través de las transiciones de energía limpia”. De esta manera, el foco en esta ocasión gira en torno las energías limpias, es decir, a fuentes de generación que no liberan contaminantes al medio ambiente. 

En general, hablar de energía parece algo lejano. Antes de empezar usted podría preguntarse ¿qué tiene que ver todo esto conmigo? ¿tengo acaso algún impacto en el negocio de la energía? Y aun cuando estas interrogantes puedan llevarnos a una ruta más bien pesimista, la verdad es que nuestra relación con la energía no se aleja tanto de la que tenemos con otros bienes y servicios. 

Primero que todo aclaremos algunas dudas. Cuando hablamos de energía limpia nos referimos a todas estas fuentes de energía que no contaminan durante su generación, como lo sería la energía solar o la energía eólica. En esta línea, podríamos pensar que esto solo confirma las dudas planteadas al principio, pues al menos la electricidad que consumimos proviene de la única empresa distribuidora disponible en nuestra zona, y que a su vez esta empresa la obtiene de un sistema eléctrico mucho más grande. 

Sin embargo, aun cuando esta vaga descripción se acerca bastante a la realidad, este no es el panorama completo. Si bien es fácil reconocer la electricidad como una fuente de energía, existen otras necesidades en nuestras vidas que no se resuelven con electricidad. La calefacción por ejemplo es una de ellas, pues como sabemos existen muchas formas de calentar una vivienda, como la leña, kerosene o incluso el gas licuado. Lo mismo ocurre cuando hablamos de transporte, pues si bien existen servicios como Metro y Biotren que utilizan trenes eléctricos, la realidad nos muestra que gran parte de la población prefiere movilizarse utilizando otros medios de transporte. Prueba de esto es lo evidenciado en un estudio efectuado por Mutual de Seguridad en 2022, donde se indica solo el 30% de los trabajadores utiliza metro, tren o buses; mientras que cerca del 53% prefiere movilizarse por sus propios medios.

Hasta este punto podemos notar que el panorama energético es mucho más amplio de lo que uno cree, pues al considerando electrodomésticos, cocinas, calefacción y medios de transporte, podemos notar que existen muchas fuentes de energía involucradas en nuestro diario vivir. De esta manera lo expuesto hasta este punto responde a la primera de nuestras interrogantes, en que cuestionábamos que tenía que ver todo esto con nosotros. Lo que aún resta por resolver es que incidencia tenemos consumidores y consumidoras en las transiciones a la energía limpia, razón por la que invito al lector a reflexionar respecto ¿En qué consumos de energía tengo poder de decisión? 

Pensar en esta pregunta nos lleva nuevamente a uno de nuestros planteamientos iniciales, pues la energía se involucra en nuestras vidas de forma similar en que lo hacen otros servicios. Si bien no podemos elegir la procedencia de la electricidad que consumimos (salvo que usted tenga el capital o el conocimiento necesario para generar su propia electricidad), si es posible controlar la manera y la proporción en que usamos la energía eléctrica. Luces de bajo consumo o electrodomésticos con certificación SEC nos ayudan a ahorrar energía, al mismo tiempo que disminuyen el valor de los cobros mensuales en nuestra cuenta de la luz.

De la misma forma podemos elegir los medios que utilizamos para calentar nuestros hogares, aplicación donde se usa la mayor parte de la energía en una vivienda (cerca del 73%). Aun cuando podríamos pensar que la mejor calefacción es la que calienta más rápido (una estufa a leña, por ejemplo), la realidad nos muestra que gran parte de las pérdidas de calor en una vivienda se deben a mala aislación térmica. En este aspecto mejorar la aislación de nuestra vivienda nos podría ayudar a disminuir la perdida de calor, y con ello abrir espacio para utilizar otros medios de calefacción menos perjudiciales como estufas a pellet o bien, estufas eléctricas. 

Lo mismo puede replicarse al analizar nuestra necesidad de transporte, pues aun cuando gran parte de las alternativas de movilización utilizan combustibles fósiles, el solo hecho de disminuir la cantidad de vehículos en circulación reduce nuestro impacto en el medio ambiente. Aunque sabemos que para la mayoría de nosotros no es realista plantearse comprar un costoso vehículo eléctrico, si parece una buena alternativa informarse de los recorridos del tren o del transporte público para planear un viaje dentro de la ciudad. 

Pero aun cuando queda claro la forma en que podemos elegir cual o cuanta energía consumir, existe un punto mucho más importante que no hemos mencionado. La energía se genera a gran escala y aun cuando la acción individual tiene incidencia en el consumo de energía hay cosas que requieren de la acción colectiva. Nuestro país ha avanzado mucho en los últimos años respecto a la generación de energías limpias, sobre todo al hablar de electricidad, donde nuestra matriz de generación ha aumentado considerablemente la proporción de fuentes renovables. Sin embargo, esto ha sido posible por políticas públicas que han sobrevivido varios gobiernos, lo que a pesar de ser beneficioso no nos entrega seguridades a largo plazo.

Es nuestra responsabilidad como consumidores y consumidoras elegir autoridades que promuevan una agenda energética sustentable, no por los beneficios morales que esto conlleva sino porque nuestra subsistencia depende de ello. No podemos retroceder en el camino a la descarbonización y para ello necesitamos que los gobiernos futuros sean cada vez más exigentes. Participar de los procesos democráticos y fomentar espacios de discusión está dentro de nuestro alcance, tal como también está dentro de nuestro alcance elegir responsablemente bienes y servicios que se producen reduciendo el impacto ambiental. 

Es tarea de todos hacernos responsables de nuestro consumo energético, entendiendo que nuestro paso por el mundo genera una huella y que esta huella definirá el mundo en el que envejeceremos.

 

Eric Muñoz Beltrán

Apoyo Técnico FOJUCC A.C

Ingeniero Civil Electrónico UdeC